Por: Metrosexual_07
No sólo las mujeres pueden lucir y tener unos suaves, sensuales y atractivos labios. También nosotros los hombres podemos hacerlo; y de hecho a ellas no les caería nada mal.
Obviamente no hablo de pintarlos, sino de cuidarlos de diversas formas, como puede ser evitando maltratarlos, hidratándolos para que no se resequen, entre otras cosas, como pueden ser las siguientes:
- Tomar agua
- Utilizar un humectante labial
- No tocarlos con las manos sucias
- Evitar los fuegos labiales: no mordiéndote, no durmiéndote con el cabello mojado
- Tener una buena higiene oral
- Evitar cortarte cuando comas helado (que no se te quede pegado a los labios)
El humectante labial es una muy buena opción para manter nuestros labios suaves sin resequedad, personalmente les recomiendo el Chapstick (pero pueden usar el que más les agrade), en su versión menta o hierbabuena son los que más me gustan, porque además de humectar, dejan un suave aroma a mentol. Aunque igual hay varias presentaciones de Labello o Blistex que también son buenos, eso ya es a gusto personal de cada quien.
Unos labios humectados y suaves en un hombre pueden ser el deleite de una mujer, así como los labios de ellas lo son para nosotros.
Así como a ti no te gustaría (me imagino) besar unos labios resecos y pellejudos, tampoco a ellas les parecen atractivos unos labios así, en cambio unos labios suaves y sensuales les encantarán.
Que tengas un excelente día, te lo mereces.
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martes, 24 de noviembre de 2009
viernes, 6 de noviembre de 2009
La Chamarra: Una Prenda para el frío que da estilo
Por: Metrosexual_07
Ahora que está empezando la época de frío, las chamarras empiezan a salir del closet y se convierten en prendas de vestir casi de diario o de las que no podemos prescindir al salir de la casa.
Una chamarra no tiene por qué ser solo una prenda más de vestir, ésta, además de cubrirnos del frío nos puede hacer lucir bien, darnos una mejor presentación, brindarnos un estilo casual al portarla e incluso formal dependiendo de la chamarra y la ocasión.
La época otoño-invernal por sí sola, además de ser fría, es más sobria, formal o elegante que la primaveral o veraniega en cuanto al tipo de ropa que se utiliza o puede llegar a utilizarse. Además de las chamarras, también están los abrigos, las gabardinas y hasta las bufandas que sabiéndolos combinar pueden llegar a lucir muy bien y darnos una imagen sofisticada y fina tipo James Bond que no nos cae nada mal.
Creo que no hace mucha falta que lo diga, pero fiel a mi estilo, recomiendo ampliamente las chamarras formales elegantes de un estilo clásico pero con un toque moderno, para que no se vea antigua, ya sean de tela o piel. E igualmente abrigos, sacos o bufandas e incluso guantes si hay demasiado frío, de preferencia en tonos obscuros nítidos, evitando los estampados en la medida de lo posible.
La idea es lucir como un tipo fino, varonil, elegante, sin prendas adolescentes o ropa que nos haga ver como a un preparatoriano, pero con toques de sofisticación acordes a nuestro a edad y estilo que muestren nuestra juventud. Es decir: elegante y formal evitando lo adolescente pero manteniendo la vanguardia de la juventud; en otras palabras, ni como un viejito ni como un escuincle puberto, sino lo mejor de ambos mundos.
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Ahora que está empezando la época de frío, las chamarras empiezan a salir del closet y se convierten en prendas de vestir casi de diario o de las que no podemos prescindir al salir de la casa.
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La época otoño-invernal por sí sola, además de ser fría, es más sobria, formal o elegante que la primaveral o veraniega en cuanto al tipo de ropa que se utiliza o puede llegar a utilizarse. Además de las chamarras, también están los abrigos, las gabardinas y hasta las bufandas que sabiéndolos combinar pueden llegar a lucir muy bien y darnos una imagen sofisticada y fina tipo James Bond que no nos cae nada mal.
Creo que no hace mucha falta que lo diga, pero fiel a mi estilo, recomiendo ampliamente las chamarras formales elegantes de un estilo clásico pero con un toque moderno, para que no se vea antigua, ya sean de tela o piel. E igualmente abrigos, sacos o bufandas e incluso guantes si hay demasiado frío, de preferencia en tonos obscuros nítidos, evitando los estampados en la medida de lo posible.
La idea es lucir como un tipo fino, varonil, elegante, sin prendas adolescentes o ropa que nos haga ver como a un preparatoriano, pero con toques de sofisticación acordes a nuestro a edad y estilo que muestren nuestra juventud. Es decir: elegante y formal evitando lo adolescente pero manteniendo la vanguardia de la juventud; en otras palabras, ni como un viejito ni como un escuincle puberto, sino lo mejor de ambos mundos.
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